¿Esto también vamos a intentar explicarlo por mítica idea de la “superioridad germana” ante la “excepcionalidad española”?
Podríamos, para pasar de temas que incomodan. Pero si nos tomamos seriamente la tarea de contrastar datos, vemos claramente que la explicación pseudo-antropológica de las diferencias culturales es un mito que refuerza otros, para no hablar de lo que verdaderamente puede explicarse siguiendo el rastro de los guarismos que traducen el resultado de las políticas públicas.
La diferencia de PIB entre uno y otro estado son insuficientes para explicar el abismo de resultados a la hora de enfrentar la crisis COVID-19.
Siendo un país significativamente más rico, Alemania es sobre todo un país menos desigual y con una inversión en Sanidad Pública por habitante y en términos porcentuales del PIB un cincuenta por ciento superior al de España.
Todo esto se traduce en una ratio de camas disponibles en UCI que triplica a la nuestra, y una inversión en recursos humanos y formas de contratación que poco tiene que ver con la precaria estabilidad de nuestros agentes sanitarios y sus menguadas nóminas.
El acceso de los jóvenes al mercado laboral y al de la vivienda, es otra de las claves en que nos deja pensando el programa Salvados emitido por La Sexta el domingo pasado.